“Fijación” es el nombre de la última obra del artista ruso Piotr Pavlenski, una performance en la que Pavlenski se desnudó en medio de la Plaza Roja de Moscú para sentarse y clavar sus testículos en los adoquines sobre los que se levanta el Kremlin.
"La acción quiere ser una metáfora de la apatía, la indiferencia política y el fatalismo de la sociedad rusa contemporánea” comentaba el artista en un comunicado. Enfrascado en su gran alegoría, Pavlenski permaneció durante más de una hora (hasta que la policía consiguió llevárselo), desnudo, con la cabeza gacha y la mirada perdida en algún lugar entre el clavo y el adoquín.
Con esta obra, el artista trató llamar la atención del pueblo ruso, el cual, desde su punto de vista, tolera resignado los excesos de las altas instituciones. «No es la arbitrariedad de los cargos públicos lo que priva a la sociedad de su capacidad de actuar, sino la fijación en sus derrotas y pérdidas que nos clava cada vez con más fuerza a los adoquines del Kremlin, convirtiendo a las personas en estatuas que esperan resignadas a su destino (…) la sociedad, ahora que el poder ha convertido el país en una gran cárcel, olvida su superioridad numérica, acerca con su inacción el triunfo de un Estado policial»
La producción artística de Pavlenski tiene pinceladas contestatarias muy evidentes. Para el artista arte y política se encuentran ligados de manera inexorable, ya que a su juicio, la producción artística se realiza inscrita en un contexto político determinado que condiciona al autor aunque éste intente evitarlo. Pero el ruso no sólo defiende esta circunstancia, se aprovecha de ella tratando de crear cierta retroalimentación. La política influye en el arte, y Pavlenski intenta que, de igual manera, el arte influya en la política de su país.
Su fama comenzó a conocerse mediáticamente cuando en junio de 2012 apareció frente a una catedral de San Petesburgo con la boca cosida y un cartel en el que ponía «La acción de Pussy Riot en una escenificación de la famosa acción de Jesucristo», refiriéndose al pasaje bíblico en el que Jesús expulsó a los comerciantes del templo.
El pasado 3 de mayo Pavlenski realizó otra de sus performances, esta vez también desnudo, pero frente al edificio de la Asamblea Legislativa de San Petersburgo y envuelto en alambre de espino. “Cuerpo”tituló a la obra con la que intentó simbolizar “la existencia humana en un ambiente de represión legal, cuando el más mínimo movimiento provoca una durísima reacción del sistema legislativo, que se clava en el cuerpo del individuo”.
Todas estas acciones que Pavlenski ha protaginizado no gozan de demasiada aceptación en determinados círculos artísticos. Entre los ciudadanos de a pie la opinión que predomina es que son actitudes propias de un demente. Sin embargo Pavlenski tiene su escuela, y lo que es más importante, su causa. En uno de sus ensayos el artista escribe: "Así, podemos hablar de la capacidad del arte para centrarse en un punto determinado y distraer la atención de otro, ocultar o hacer visibles los diferentes aspectos de un fenómeno. Estas características le permiten servir como un instrumento de propaganda o de crítica al régimen en el que se inscribe la obra. La elección de la postura que se adopta y la responsabilidad derivada de haberse posicionado evidencian que todo arte es fundamentalmente política"
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