miércoles, 12 de febrero de 2014

Muere "La mejor niña del mundo"

El pasado lunes falleció Shirley Temple, de 85 años. Para muchos, murió la niña de seis años y no la señora de 85. De toda su vida, solo sus primeros cinco años fueron anónimos. Temple, la primera niña prodigio de Hollywood, vio rota su infancia a los seis cuando fue a ver a papá Noel y este le pidió un autógrafo.

Según la familia, la actriz murió en su casa de California por causas naturales, rodeada de sus seres queridos y amigos.

Luchó con el mismo ahínco en su edad adulta en una dilatada carrera diplomática, alegrando a todo un país durante la Gran Depresión

Algunas actrices nacidas en 1934, como Shirley McLaine o Shirley Jones, reconocerían más tarde que sus madres las llamaron así en plena “fiebre Temple”.

Portadora de un inmenso carisma, y una encantadora vis cómica, su prodigiosa habilidad para el claqué, sus 56 tirabuzones atusados uno a uno por su madre y títulos como “Bright Eyes” (1934), “The Little Colonel” (1935) o “Rebeca, of Sunnybrook Farm” (1938) cimentaron un estrellato que le hizo ganar un Óscar en miniatura en 1935.

Shirley Jane Temple nació en la localidad californiana de Santa Mónica el 23 de abril de 1928 y después de haber eclipsado antes de los 10 como cabeza de cartel a leyendas como Carole Lombard y John Ford, con el cambio hormonal la joven y atractiva Temple quedó relegada a papeles secundarios.

Apareció en películas notables, como “Since You Were Away” (1944), con Claudette Colbert, o “The Bachelor and The Bobby-Soxer” (1947), con Cary Grant, pero en las que no brilló especialmente. Siempre renegó de toda esa etapa de su carrera, aunque también reivindicó un título al que nadie hizo mucho caso: “That Hagen Girl”, también en 1947.

“Nadie se acuerda, pero fue la película que me dio la oportunidad de actuar”, decía, y ella compartió pantalla con Ronald Reagan, alguien que, como máximo representante del salto del cine a la política, supuso un indicio de lo que sería su segunda carrera.

Tras pasar por algunos programas de TV, dio por terminada su gloria en el cine y se hizo miembro activo del Partido Republicano de EUA. Durante una entrevista en 1996, dijo que amaba de igual manera la política y el espectáculo. “Ciertamente son dos caminos diferentes”, dijo, “pero ambos muy gratificantes, en lo personal”.

En 1967 se presentó, sin resultados positivos, a las elecciones a la Cámara de los Representantes como candidata por un distrito de California, pero Richard Nixon la tuvo en cuenta y la nombró para integrar la delegación de Estados Unidos ante Naciones Unidas.

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