viernes, 7 de junio de 2013

“La peste de estos días” con aromas de Guloya

Por Alejandra Montero

Escenario. La obra dirigida por Claudio Rivera agotó su temporada de presentaciones en el Teatro Guloya de la Ciudad Colonial. Se trata de una sátira contemporánea, parte de un hecho conocido, que lleva implícita una crítica social amplia, y en particular al sistema de salud pública

Reencontrarnos con “La peste de estos días”, del dramaturgo dominicano Angelo Valenzuela,  es como releer un libro muchos años después y descubrir un sinnúmero de elementos y signos que estando allí, apenas fueron  percibidos.

La lectura que hace el director Claudio Rivera de esta sustanciosa pieza teatral, le permite construir  ese texto invisible e ilegible, materializado en su particular puesta en escena, en la que recrea un universo  ilimitado, producto de su gran inventiva y creatividad.

 La obra, una sátira contemporánea, parte de un hecho conocido y lleva implícita  una crítica social amplia, en particular  al  sistema de salud pública y a  la deshumanización y corrupción  de algunos galenos.
El argumento, cargado de humor macabro, narra las vicisitudes por las que pasa un pobre hombre –Moisés– cuando acude a un hospital por algo simple y termina en la tumba… mientras el público, estupefacto, en una especie de catarsis, se  muere de risa.

“La peste” nos contagia con sus múltiples efectos y como en aquellos tiempos medievales, participamos  de esas terroríficas danzas de muerte, parte consustancial de la semiotizada vorágine escénica propuesta por Rivera, donde cada signo es un referente; las máscaras dejando al descubierto la boca nos remiten al género de  la comedia del arte y el personaje

“Colombina” es una referencia más; el movimiento y la palabra compiten, son  elementos esenciales del ritual en el que los actuantes destacan sus habilidades físicas y la movilidad constante, logrando una organización sintagmática,  esencial en esta puesta en escena.




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